1-2 ULTRAVIOLENCIA

LA ULTRAVIOLENCIA ENGENDRADA POR LA DERECHA QUE SE VIENE, APOYADA POR EL VOTO POPULAR, IMPLICA EL ASCENSO DEFINITIVO AL PODER DEL NAZISMO Y EL FASCISMO DEL SIGLO XXI
ÍNDICE DEL ARTÍCULO
1- EL ORÍGEN DE LA ULTRAVIOLENCIA
Las dos pasiones de Alex Delarge (La Naranja Mecánica) consistían en el juego bipolar de la “ultraviolencia” y la música, dos emociones estetizadas que, potenciadas por el séptimo arte, lograron que el público se enamorara del personaje más violento y sádico.
La frialdad ética de Alex tropieza con su ferviente pasión estética: la música. Esa música que convierte a todo film de Stanley Kubrick en un universo de seducción pura; la misma música que, a través de Singin´ in the rain, fusiona el edén con el infierno.
Según el filósofo Walter Benjamin, si esta estética de la violencia, tan fascinante para la masa la trasladamos a la política, la misma también tendrá un enorme efecto persuasivo en la sociedad.
Precisamente, esta estetización de la política fue una de las herramientas que utilizaron nada menos que Hitler y Mussolini para dar origen al nazismo y al fascismo respectivamente a principios del siglo pasado.
En la actualidad, la ultraviolencia que se está notando en la campaña de Juntos por el Cambio y de Javier Milei anticipa lo que vendrá si llegaran a acceder al poder: una Argentina de dolor y muerte impuesta a través del voto de los mismos ciudadanos.
Consignas extremadamente violentas, como si jugaran a ver quién propone la medida más drástica y opresora, brota de los candidatos como confites arrojados a una masa enfurecida (con toda razón) por un 7,7 por ciento de inflación y un futuro truncado por culpa de una “casta política parasitaria”.
Dicha ultraviolencia quedó plasmada en los discursos de la Sociedad Rural, cuando Milei propuso “dinamitar la mayoría de las cosas” y fue aplaudido a rabiar por el auditorio, por lo que después, cada candidato que hablaba era más ajustador y violento que el otro y el que más ajustaba y violentaba, más aplausos recibía.
Luego de este evento, en su propio canal, Macri aseveró que “No se puede resolver nada sin un poco de sangre”.
Gracias a la estética de las iglesias evangélicas (Milei ya comenzó a tejer alianzas con sectores de la Federación Argentina de Pastores Evangélicos), la espectacularización de la política y los focus group, especialistas en manejar las emociones a través del marketing, han desplazado definitivamente la racionalidad del debate público.
“La fórmula vacía (aunque incansablemente repetida) reemplaza al dato, al indicador, al cotejo empírico. Estandartes que históricamente habían inspirado las luchas populares, cómo libertad, cambio, república, democracia fueron reemplazados por miedos, virulencias, falsas noticias, estigmatizaciones, eslóganes repetidos y sadismo extremo. En definitiva, un inédito deseo de no saber”.
2- ULTRAVIOLENCIA PARA GOBERNAR
La ultraviolencia del discurso libertario- liberal, a pesar de que vienen a terminar con las indemnizaciones por despido y los derechos laborales, que consideran a los salarios un costo para los empresarios, que creen ciegamente en la mano invisible del mercado, ha pegado en la población joven, incluso en vastos sectores de las clases populares.
Ellos, que pretenden evitar a toda costa que el Estado controle sus negocios privados, que consideran el régimen impositivo como confiscatorio, pero usan toda la parafernalia institucional para facilitar sus negociados, son aclamados por un pueblo cuyo salario fue devastado por un aumento colosal en las tarifas de los servicios públicos.
Como todos los que no tengan un pensamiento neoliberal o de ultraderecha son enemigos, es comprensible que vastos sectores de las clases medias y algunos de las clases populares se identifiquen con los sectores del poder y prefieran estar del lado de los opresores y no de los oprimidos, canalizando su odio hacia las clases más vulnerables.
Esta animadversión hacia el otro, hacia el diferente o hacia el vulnerable fue la base sobre la que se construyeron estos movimientos cuya ultraviolencia política representan el neofascismo liberal en pleno ascenso, “explosiva combinación entre extremo liberalismo económico y sádica violencia política”.
Si la sociedad no toma conciencia de que está apoyando con su voto a una derecha criminal que ni bien llegue al poder descargará todo su instinto genocida sobre sus enemigos, llámense progresistas, socialistas, estatistas o librepensadores, habrá colaborado con el ascenso definitivo del nazismo y el fascismo del siglo XXI.
Y todos sabemos cuál es el desenlace final.
Alejandro Lamaisón
¡Extraordinario el análisis! Totalmente cierto, opino lo mismo, ¿Cómo el resto de la sociedad puede avalar semejante monstruosidad? La plataforma política destructiva de Milei esta basada en la pelicula la Naranja Mecánica, no se dan cuenta? Es un hipócrita al querer cerrar el INCAA cuando le debe su campaña al cine al copiarse de una pelicula
Gracias, Martina por tus palabras. Y tenés razón. La mirada desorbitada de Milei es muy parecida a la de Alex DeLarge