
EL CINISMO Y LA AUTOJUSTIFICACIÓN DEL FRAUDE NEOLIBERAL
¡Oh!, ser deleznable, que caminas por la indigna senda de la mentira, a cuyos gobernados hundiste en la más profunda de las miserias sin más remordimiento que la pena de no haber profundizado tu perversa faena.
¡Oh!, brutal demoledor de sueños de una ciudadanía que otrora confió en el sofisma de tus falsas promesas, cargadas de mendaces ilusiones, tan etéreas cómo el aire de tus globos amarillos, tan felonas cómo tu caucásica mirada de impostor.
¡Detente!
No sigas insistiendo con vacuas palabras estiladas por la vasalla pluma que algún escritor sumiso al puño de acero del establishment llevó al papel en tu nombre.
No nos tortures más con la visión de tu mundo fecundo que sólo la física cuántica puede explicar, de tu universo paralelo en el que sólo tú y tu séquito de explotadores ven como opulento, mientras en el mundo real sólo hay miseria y desolación.
¡Para ya la chapucera engañifa que abofetea y ofende la inteligencia del vulgo adicto y ajeno!
¿Cómo te atreves a proclamar que intentaste lograr la “pobreza cero” cuando en el 2015 era del 29,7% y te fuiste con el 40,8%?
¿Cómo explicas que el año pasado, a pesar de la pandemia, la actividad industrial creció el 3,4 por ciento en relación a los cuatro años de tu mandato en el que gobernabas con el apoyo de los poderes concentrados nacionales, del poder judicial, del FMI, de Estados Unidos, de la CIA y del establishment internacional?
¿Cómo tienes el tupé de afirmar que el rumbo era el correcto cuando el producto per cápita era de U$S 45.000 y lo dejaste en U$S10.000, cuando la inflación era del 20% y la llevaste al 50% y el desempleo lo hiciste crecer del 5,9% al 10,6 %?
¿Cómo tienes la desvergüenza de proclamar que piensas en la gente cuando mientras voluntarios e integrantes de comedores comunitarios intentaban desesperadamente recaudar a través de donaciones algo de dinero para para paliar el hambre de miles de personas, la AFI a tu cargo gastaba fortunas en infiltrar espías en dichos centros solidarios para espiar a sus dirigentes?
Parece mentira, pero sabiendo la ubicación del ARA San Juan, martirizaste a los familiares de los muertos ocultándoles el hallazgo quien sabe con qué fines perversos, con la yapa de que los hacía espiar por la AFI para extorsionarlos en caso de que se atrevieran a denunciar algo.
¿Cómo tienes la osadía de hablar de inversiones cuando dejaste a la Argentina y a varios países de Sudamérica más de un día sin luz?
En este período, el riesgo país subió de 555 a 2.358 y como colofón, la fuga de divisas superó los 42.000 millones de dólares.
¿Con que cara criticas el manejo de la pandemia cuando dejas vencer millones de dosis de vacunas amontonadas en un oxidado conteiner del puerto de Buenos Aires?
¡Ya basta!, ominoso ser que transitas el obsceno laberinto de los poderes fácticos, en esta modernidad líquida que permite a los fantoches de poca monta llegar al estrellato, tanto de la de la política como de la industria cultural.
¡Nunca más un gobierno neoliberal!
Yo y el profuso torbellino de la turba popular renegamos de tu presencia aciaga en la palestra de los medios de comunicación y, desbordados por la perplejidad y el desconcierto, nos preguntamos nuevamente:
¿Cómo te atreves?
Alejandro Lamaisón