EL ACUERDO Y SUS ALREDEDORES

CUANDO EL NORTE HACIA EL CUAL HAY QUE DIRIGIRSE PARA AFIANZAR LA SOBERANÍA ES REEMPLAZADO POR LA CRISIS
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¿QUIEN PAGARÁ EL ACUERDO?
A pesar de la crisis internacional, el acuerdo con el FMI está a punto de llevarse a cabo.
La devastación que dejó la alianza Cambiemos, la pandemia universal, el Fondo nuevamente direccionando nuestra economía, la inflación galopante y la pobreza endémica, los incendios forestales y ahora una guerra europea que trastoca los precios internacionales de los comodities, expresan claramente que a Alberto Fernández no le tocó el mejor momento de la historia para negociar.
El gobierno parecería estar entre las cuerdas, recibiendo golpes por izquierda, por derecha y muchas veces del mismo palo, dado que el pueblo está cansado de hacerse cargo de las acciones delictivas de quienes están o estuvieron en el poder.
¿Quién pagará la deuda, los agroexportadores que se presentaron ante la justicia para que el Gobierno les deje de cobrar retenciones?
No, ellos no.
¿Los jueces, fiscales y funcionarios judiciales, que ganan fortunas entre sueldos y otros beneficios sin pagar impuestos?
No, ellos tampoco.
El Banco Central reveló que empresas tales como Telefónica, Pampa Energía, Western Unión, American Express, General Motors, Shell, Cervecería Quilmes, Telecom, entre otras, todas aportantes de campaña del ex presidente Mauricio Macri, son las principales responsables de la fuga del infernal préstamo del FMI.
¿Pagarán ellas?
No, definitivamente no.
¿Pagará Mauricio Macri, Nicolás Dujovne y Guido Sandleris por firmar un acuerdo inconstitucional con el FMI invocando una norma caduca (el último párrafo del Art. 60 de la Ley de Administración Financiera)?
No, eso ni en sueños.
Y ellos, que se robaron el país en apenas 4 años de gestión y que deberían estar presos, no sólo no van a pagar, sino que se pasean en los canales de televisión aconsejándonos a todos los argentinos que debemos honrar nuestras deudas y apoyar a nuestros legisladores para que firmen de una vez por todas el acuerdo con el FMI.
Perón decía que cuando los pueblos agotan la paciencia hacen tronar el escarmiento. El problema es que esa rabia contenida, ante la falta de candidatos que tengan lo que hay que tener, suele manifestarse votando en contra de sí mismo, generalmente a favor de los propios verdugos.
En medio de este neocolonialismo en ciernes, se sabe que el FMI revisará cada tres meses para ver si se avanza en el ajuste fiscal, en los tarifazos para reducir subsidios, en el techo a los salarios, en el fin de la doble indemnización y ahora en el nuevo proyecto de retiros anticipados.
Por fortuna, éste acuerdo, a diferencia de otros, no incluye las tradiciones recomendaciones de implementar las reformas previsional y laboral, convalida la necesidad de implementar una estricta vigilancia a la entrada de capitales especulativos y habilita un férreo control del mercado de cambio. Además, esta vez no exige una fuerte devaluación y accede a que la reducción del déficit fiscal sea una combinación de más ingresos por crecimiento de la actividad y mayor recaudación por mejoras en la administración tributaria (combate a la evasión y elusión).
Debemos recordar que desde que asumió Alberto Fernández hubo excedentes importantes en el Banco Central que se dejaron fugar a través del pago por adelantado de las importaciones y ciertos vericuetos financieros que no contaron con el control correspondiente ni la regulación necesaria que los diferenciara de la anterior gestión macrista.
UN ACUERDO HETEROGÉNEO
En tal sentido, podemos dar cómo satisfactorio el acuerdo con el FMI, dado que se llevará a cabo en el peor momento de las relaciones de fuerza, con un Banco Central al borde de quedarse sin reservas y con un EEUU dispuesto a evitar toda costa que Argentina aproveche el contexto internacional de aumento de materias primas para industrializarse.
Argentina viene aumentando sus exportaciones de granos desde hace 33 años, ya que en el 89 contaba con 8.000 millones de dólares de exportaciones, en el 2020 con 75.000 millones y se estima que en los próximos años superará los 100.000 millones de dólares.
Dicho crecimiento jamás podrá ser disfrutado por el pueblo, dado que todas las divisas que entren serán destinadas a la deuda y así EEUU se asegurará definitivamente la dominación política apostando al modelo agroexportador como única salida a la crisis argentina.
No queda ninguna duda qué entre Macri, EEUU y el Fondo armaron la trampa perfecta para detener el crecimiento económico de Argentina, con una sociedad despolitizada y desilusionada ante la ausencia de reformas de fondo y el machaque pesimista de los medios concentrados.
Debemos olvidarnos, por ahora del desarrollo industrial y la sustitución de importaciones, tan soñadas por un peronismo esmerilado y distorsionado por una alianza que, tras haber roto la brújula de la unidad, no encuentra aún su norte.
Está en manos de gobierno de Alberto Fernández saber aprovechar el estrecho margen de posibilidades que dejó el acuerdo con el Fondo, como cobrar impuestos a quienes tienen más capacidad contributiva, o disponer una segmentación de tarifas para que paguen más los de mayor poder adquisitivo u ordenar la política de asistencia social apelando a la equidad en la distribución de los recursos.
Por ahora, sólo nos queda conformarnos con las migajas que se derrama de la copa de los magnates, slogan distintivo del discurso neoliberal, pero llevado a la práctica subrepticiamente por quienes dicen combatirlo.
Alejandro Lamaisón
El estallido del conflicto bélico en Europa con el consiguiente impacto en la economía MUNDIAL, permite que Argentina resetee el proyecto de acuerdo con el FMI, dado que habría que hacer todas las cuentas nuevamente. Así, podríamos aprovechar esta verdadera tragedia, para empezar nuevamente la negociación, y hacer en 2022 lo que de debió hacer en 2019: 1) reconocer solamente el préstamo a que Argentina podía acceder por la vía ordinaria y todo excedente considerarlo una dádiva del FMI a Argentina; 2) Argentina como integrante del FMI, debe solicitar una auditoria de los procedimientos DEL FONDO por los que se adjudicó el préstamo, suspendiendo tods los pagos hasta que eso se clarifique, por supuesto al ser el Fondo la parte querellada, la auditoría no puede ser interna, sino que debe confiarse a un organismo internacional imparcial; 3) de puertas adentro, promover enérgicamente una investigación sobre la LEGALIDAD (argentina) de la toma de esa deuda, estableciendo responsables y sancionando a quienes resulten culpables; 4) investigar rápidamente la fuga de capitales asociada a este empréstito, embargando los bienes (en territorio y en el exterior) de quienes resulten imputados en este presunto delito, bloquendo sus cuentas bancarias en todos los países en que se pueda hacer; 5) a quienes no se les impute delito, o posteriormente resulten inocentes, cobrarles los impuestos que correspondan, incluyendo el impuesto a las grandes fortunas, si ya no lo hubiesen oblado; a quienes resulten culpables expropiar sus bienes hasta las sumas de enriquecimiento ilícito probadas y aplicar estos fondos al pago de la deuda del Estado Argentino.
Gracias, brillante reflexión.