La galectina-1 es una proteína que tiene un papel clave en la regulación de la respuesta inmune y la inflamación, así como en el crecimiento y la diseminación de los tumores. Su descubridor es el científico argentino Gabriel Rabinovich, quien ha dedicado su carrera a estudiar los mecanismos moleculares que involucran a esta proteína y sus posibles aplicaciones terapéuticas.

EL CIENTÍFICO ARGENTINO GABRIEL RABINOVICH PROPONE UNA TERAPIA REVOLUCIONARIA QUE CONSISTE EN DEBILITAR UN TUMOR MALIGNO A PARTIR DEL BLOQUEO DE DETERMINADOS BLANCOS VINCULADOS A PROTEÍNAS DE UNIÓN A AZÚCARES.

CON LA GALECTINA BLOQUEADA NO HAY CÁNCER

La galectina-1 es una proteína que tiene un papel clave en la regulación de la respuesta inmune y la inflamación, así como en el crecimiento y la diseminación de los tumores. Su descubridor es el científico argentino Gabriel Rabinovich, quien ha dedicado su carrera a estudiar los mecanismos moleculares que involucran a esta proteína y sus posibles aplicaciones terapéuticas.

¿Qué es la galectina-1 y cómo actúa?

La galectina-1 es una de las varias proteínas que se unen a los azúcares que recubren las células, formando parte de lo que se conoce como glicobiología, el estudio de la estructura y función de los azúcares y sus proteínas de unión. La galectina-1 se encuentra en diferentes tejidos del organismo, tanto en el interior como en el exterior de las células, y puede ser secretada al medio extracelular.

La galectina-1 actúa como un mensajero que modula las interacciones entre las células, activando o inhibiendo diferentes respuestas según el tipo de azúcar al que se une. Por ejemplo, la galectina-1 puede inducir la muerte de ciertas células del sistema inmune, como los linfocitos T, que son responsables de reconocer y eliminar a los agentes extraños o dañinos. De esta manera, la galectina-1 puede contribuir a mantener la tolerancia inmunológica, evitando que el sistema inmune ataque al propio organismo.

Sin embargo, esta misma función puede ser aprovechada por las células tumorales, que producen altos niveles de galectina-1 para escapar del control inmune y evitar su eliminación. Además, la galectina-1 favorece la formación de nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis) que nutren a los tumores y facilitan su crecimiento y diseminación (metástasis). Así, la galectina-1 se convierte en un factor clave para el desarrollo del cáncer.

¿Qué beneficios puede tener bloquear la galectina-1?

El equipo de Rabinovich ha demostrado en diversos modelos experimentales que bloquear la acción de la galectina-1 puede tener efectos beneficiosos para el tratamiento de enfermedades autoinmunes y cáncer. Al inhibir la galectina-1, se puede restaurar la capacidad del sistema inmune para reconocer y atacar a las células tumorales, así como reducir la angiogénesis y la metástasis. Además, se puede prevenir o revertir el daño inflamatorio causado por el ataque autoinmune a los propios tejidos.

Para lograr este objetivo, Rabinovich y su grupo han desarrollado anticuerpos monoclonales que se unen específicamente a la galectina-1 e impiden su interacción con los azúcares celulares. Estos anticuerpos han mostrado resultados prometedores en modelos animales de cáncer de mama, melanoma, sarcoma de Kaposi, leucemia y linfoma. También han probado su eficacia en modelos de esclerosis múltiple, artritis reumatoide y aneurisma aórtico abdominal.

Actualmente, estos anticuerpos están siendo evaluados en ensayos clínicos para determinar su seguridad y eficacia en pacientes humanos con diferentes tipos de cáncer. Además, Rabinovich ha fundado una empresa de base tecnológica llamada Galtec, que se dedicará a desarrollar productos innovadores basados en la modulación de la interacción entre galectinas y glicanos.

SOBRE EL DESCUBRIDOR DE LA GALECTINA   

Gabriel Rabinovich, descubridor de la Galectina-1, nació en Córdoba en 1969 y desde niño mostró una gran curiosidad por la ciencia. Se graduó como bioquímico en la Universidad Nacional de Córdoba en 1993 y realizó su doctorado en ciencias químicas en la misma universidad. Durante su formación doctoral, descubrió la función de la galectina-1 en el sistema inmune de un organismo complejo, utilizando unos anticuerpos que había guardado en la heladera de sus padres.

A pesar de tener varias ofertas para continuar su carrera en el exterior, Rabinovich decidió quedarse en Argentina y trasladarse a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en el Hospital de Clínicas José de San Martín. Allí profundizó sus estudios sobre la galectina-1 y su relación con el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Desde 2007, se desempeña como investigador superior del CONICET en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) y profesor titular de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires.

Rabinovich ha recibido numerosos reconocimientos por su trayectoria científica, entre los que se destacan la Beca Guggenheim, el Premio Konex de brillante, el Premio Houssay, el Premio Bernardo Houssay a la Trayectoria Científica, el Premio Fundación Bunge y Born, el Premio TWAS en Ciencias Médicas, el Premio L’Oréal-UNESCO a Mujeres en Ciencia para América Latina y el Caribe, el Premio Fundación Konex Mercosur y el Premio Fundación Bunge y Born a la Innovación Tecnológica. Además, es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, la Organización Europea de Biología Molecular, la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo, la Academia de Ciencias de América Latina y las academias de ciencias de Argentina.

Rabinovich se define como un apasionado por la ciencia y un optimista por naturaleza. Su sueño es que sus descubrimientos puedan llegar a mejorar la calidad de vida de las personas que sufren enfermedades graves. Para ello, trabaja incansablemente junto a su equipo, al que considera su segunda familia. También se dedica a difundir la ciencia y a formar a las nuevas generaciones de científicos. Su lema es: «La ciencia no es una carrera, es una forma de vida».

Alejandro Lamaisón

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