GOLPES BAJOS

Los golpes bajos de la oposición.
Sacando a Alberto Fernández en Argentina y a López Obrador en Méjico, la derecha neoliberal, como una enfermedad contagiosa, se ha propagado por toda américa latina. En cada país, usando tácticas similares al sistema de propaganda del partido nazi, fueron de a poco tomando el poder valiéndose de la perversión política, la degradación de la justicia y el blindaje de los medios de comunicación. En este proceso de hacer prevalecer a toda costa una ideología que permita concentrar la riqueza en muy pocas manos y seguir haciendo prevalecer las políticas de reproducción del sistema financiero por sobre el de la producción y el trabajo, todas las estrategias son válidas.
En el caso de Argentina, oposición y medios de comunicación se han abroquelado en el intento de recuperar un poder que se les derrumbó hace siete meses debido a las limitaciones intelectuales de un presidente anodino pero con una capacidad de daño pocas veces vistas en la historia de nuestro país.
Utilizando la libertad que brinda el ejercicio pleno de la democracia, esta clase política no tuvo ni tendrá reparo en apelar a la traición, los golpes bajos y el uso indiscriminado de la mentira y la difamación.
Ya quisieron implicar en un hecho criminal a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Ya anunciaron a través de las redes sociales que el 17 de agosto esperan poner un millón de personas en la calle para reclamar por la falta de libertad sin importarles los horripilantes datos que está dando el informe diario de muertes por la pandemia.
Ya criticaron la última oferta de Guzmán a los acreedores, en la cual se quiere evitar el sacrifico inhumano del pueblo argentino (cabe aclara que el multimedio que propaga esa crítica es en cierta forma integrante de la parte acreedora, pues posee bonos de la deuda).
Ya están pergeñando levantar la fake news de que existe la posibilidad, ante la pandemia, de que el gobierno eche mano a los plazos fijos y a las cajas de seguridad, de manera tal de crear una corrida bancaria y debilitar el sistema financiero.
En vez de colaborar con ideas o trabajando codo a codo con aquellos que arriesgan su salud para combatir la pandemia, tanto los medios hegemónicos como la mayoría de Juntos por el Cambio utilizan esta tragedia mundial en beneficio propio para recuperar el poder que perdieron en las urnas. Cuando se decreta la cuarentena están a favor de la libertad y cuando se abre la circulación aseveran que Alberto Fernández quiere matar a los argentinos.
La crisis de los valores republicanos y el todo vale pasó a ser moneda corriente en Argentina y en todas las naciones hermanas al punto tal que nuestro principal vecino, Brasil, es el segundo país con más muertes por coronavirus debido a la bestialidad del principal alumno del neoliberalismo: Jair Bolsonaro.
En este sentido, tanto López Obrador como Alberto Fernández deberán enfrentar la embestida poderosísima de un sistema que para imponer sus ideas siempre se moverá por fuera de los límites de la ética y la moral.
Ambos tendrán la intransferible responsabilidad histórica de hacer frente a dos flagelos que ponen en riesgo la integridad de toda la humanidad dado la fortaleza de su poder de contagio: la infección del coronavirus y la depredadora ideología neoliberal.
Alejandro Lamaisón