
HACER CONSCIENTE NUESTRAS DEMANDAS PARA EVITAR LA MANIPULACIÓN MEDIÁTICA
FUERA DE LA LEY
La sociedad de rufianes para delinquir legalmente que se eligió para gobernar el país en diciembre de 2015 no cesa de dejar sus huellas mafiosas en todos los lugares en donde un negociado deshonesto es posible.
En este sentido resultaría redundante sacar a la luz todas las tropelías realizadas por este grupo de bandoleros disfrazados de políticos, ya que mientras no exista una justicia independiente del crimen organizado que gobernó hasta el año pasado, todas las causas quedarán impunes.
Casos de corrupción como el de los “peajes” en los que la Cámara Federal anuló los procesamientos de los ex funcionarios Guillermo Dietrich; Javier Iguacel y Nicolás Dujovne se verán a diario.
Mientras la reforma judicial pretende reacomodar en el Congreso esta mácula a las instituciones republicanas devolviendo jueces “ocupas” a sus lugares de origen nuevas fechorías del grupo facineroso de Cambiemos salen a la luz.
Ahora la OA denunció penalmente a Macri, Peña, Frigerio y Lanús, por la venta de terrenos del Estado a precio vil en favor de Nicolás Caputo, Eduardo Costantini y los Blanco Villegas, por 75 millones de dólares.
¿Qué va a pasar con la denuncia?
Todos sabemos la respuesta, aunque siempre predomina el pesimismo dado que la sociedad, a estas alturas, ya ha perdido todas las esperanzas de que algo pueda cambiar.
CLARÍN Y FREUD SE LLEVAN BIEN
Ante tanto malestar social, la única posibilidad de llevar adelante nuestra vida cotidiana es apelando a lo que Freud llamó la estrategia de la negación.
La negación es un mecanismo de defensa que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto, en el que se rechazan aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables. El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo negándose a reconocer algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o de las experiencias subjetivas que son manifiestos para los demás.
Este dispositivo es explotado eficazmente por los medios de comunicación al lograr que el 41 por ciento de la población argentina niegue inconscientemente la existencia de los cuatro años de gobierno de Macri atribuyendo todos los males del país exclusivamente al peronismo.
Claro está que en este tipo de manipulación ha tenido también varios efectos colaterales:
La negación de la discusión parlamentaria como sano ejercicio republicano, la negación del riesgo del coronavirus al convocar a marchas irracionales y la negación de 30.000 desaparecidos en el ninguneo a las madres y abuelas.
Otro de los dispositivos de defensas freudianos utilizados por los medios hegemónicos es el de la racionalización.
La racionalización consiste en la construcción de una narrativa que oculta la verdadera motivación que llevó a la persona a realizar un acto, de manera que sirve como estrategia inconsciente para no conectar con sentimientos o deseos que la persona no se quiere confesar a sí misma.
Gran parte de la clase media argentina votó a Macri no por sus dotes de estadista, sino porque detestan con toda su alma a las clases populares, aquellas que el peronismo sacó del lodo de la pobreza, pero les da pudor admitirlo conscientemente.
En el inconsciente el votante sabe que un político del establishment no mejorará su situación económica e incluso que empeorará, pero está dispuesto al sacrificio a cambio de que aquellos sujetos a los que odia la pasen peor que él. Es decir, el triunfo de los gobiernos neoliberales no garantizan una mejor calidad de vida para sus votantes, pero sí garantizan una vida peor para aquellos a quienes odian.
De esta manera el individuo intenta dar una razón lógica de por qué está en contra del populismo, para ocultar su odio real al negro “choriplanero”.
Por último, otra de las estrategias psicológicas que se utiliza frecuentemente es la proyección.
La proyección es un mecanismo que consiste en atribuir a otra persona lo que le pasa a uno mismo. “Ahora entiendo el por qué. Esa obsesión con las asociaciones ilícitas. Estaba proyectando lo que ellos eran y hacían. Una verdadera asociación ilícita. Casi, casi para Freud. Lo de la proyección, digo», dijo Cristina Fernández luego de su presentación ante el juez Federico Villena.
La proyección es una forma de funcionamiento que se observa en personas que atribuyen a otro lo que le está ocurriendo a sí mismo, normalmente de forma inconsciente y no permite hacer contacto consigo mismo ni con los demás. Por ejemplo, muchas personas que utilizan la proyección consideran que todas las demás personas tienen defectos pero que ellos no.
Cuarenta años de despojo neoliberal fueron proyectados por los medios de comunicación sobre la figura del gobierno de los Kirchner, de manera tal que el inconsciente colectivo depositó toda su furia en un gobierno de tinte popular.
DEL INCONSCIENTE A LA TOMA DE CONCIENCIA
El medio ha conquistado nuestra conciencia política, han colonizado nuestro sentido del mundo y nuestra capacidad de pensar de forma independiente de tal forma que la utilización del pensamiento concreto se hace tan difícil que terminamos eligiendo la comodidad de odiar a quien el medio quiere que odiemos.
Toda la realidad parecería que se ha salido de su eje y que vamos camino al abismo que unos medios de comunicación poderosísimos han abierto en nuestras mentes.
Pero este proceso no contaba con un nuevo contendiente en el universo de la formación de sentido: El Covid 19.
El sufrimiento que ha ocasionado la guerra contra el coronavirus puede llegar a traer a la consciencia que el enemigo no estaría ni en el Frente de Todos ni en Juntos por el Cambio, ni siquiera en una enfermedad que debemos combatir entre todos los argentinos.
El enemigo real está objetivamente en el egoísmo de unos pocos dirigentes políticos, en la perversión de una justicia corrupta y en una empresa periodística cuyos intereses personales siempre estuvieron antepuestos a las necesidades y vicisitudes de toda la sociedad argentina.
Abramos pues nuestra mente para hacer conscientes nuestras emociones y nuestras demandas como sociedad, ya que si no lo hacemos ahora, las mismas con el tiempo serán enterradas vivas.
Y saldrán tarde o temprano de su tumba, transformadas en el peor de los monstruos.
Alejandro Lamaisón