Según Noam Chomsky, la hipocresía es definida como la negativa a (…) “aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros (…)​ y constituye uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra​ y las desigualdades sociales en un marco de autoengaño”

LA HIPOCRESÍA DEL MUNDO NO PUEDE SORTEAR LA REALIDAD: NIÑAS PALESTINAS LLORAN ATERRORIZADAS DURANTE LOS BOMBARDEOS, DADO QUE HAN COMENZADO A SER BLANCO DE LA NUEVA AVANZADA ISRAELÍ BAJO LA EXCUSA DE UN ATAQUE TERRORISTA.

LA HIPOCRESÍA DEL IMPERIALISMO

Según Noam Chomsky, la hipocresía es definida como la negativa a (…) “aplicar en nosotros mismos los mismos valores que aplicamos en otros (…)​ y constituye uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra​ y las desigualdades sociales en un marco de autoengaño”

En tal sentido, Joe Biden sintetiza la hipocresía del imperialismo del siglo XXI al respaldar los ataques israelíes a los palestinos con el argumento del derecho de Israel a defenderse, mientras finge preocupación por los derechos humanos en Ucrania.

Precisamente, millones de judíos en todo el mundo, entre ellos el mismísimo Chomsky denuncia la “ocupación criminal” de Cisjordania, de Gaza, de Jerusalén del Este, de los Altos del Golán por parte del gobierno israelí, actualmente en manos del sionismo.

“Aquí vive un judío, no un sionista”, reza una pequeña placa pegada en la puerta del rabino Meir Hirsh, quien sostiene que el sionismo es culpable del antisemitismo en el mundo.

Desde Argentina, nuestro admirado Barenboim expresó en su momento que el campo de concentración que significa la Franja de Gaza “es una forma muy clara de apartheid (…) No creo que el pueblo judío haya vivido veinte siglos, entre persecuciones y el sufrimiento de crueldades infinitas, para convertirse ahora en opresores e infligir la crueldad a los otros. Por eso hoy me da vergüenza ser israelí”.

Son judíos, son israelíes y son admirados en el mundo por su relevancia en el progreso del pensamiento humano, pero no son cómplices del exterminio palestino.

Son verdaderamente los más comprometidos luchadores contra la ocupación.

LA HIPOCRESÍA Y LA COONDICIÓN HUMANA

La hipocresía que destilan los medios hegemónicos al ocultar la asimetría entre Israel y el campo de concentración a cielo abierto que significa la Franja de Gaza, se basa en criminalizar a la población nativa, y ha sido un cliché de estos tildar de terroristas de la Yihad Islámica a cualquier líder  que resiste el exterminio salvaje que se viene ejecutando desde hace 70 años.

Durante la masacre de 2014, hubo más de 550 niños asesinados en 51 días, mientras que la semana pasada, de 46 personas asesinadas, mataron a 16 niños, con armas de precisión.

Este mecanismo de horror resulta efectivo cuando se busca desmoralizar a la población a la que quieren borrar del mapa, humillar y segregar.

Según Valeria Cortés, activista de los derechos humanos, “Hay un sadismo en el colonizador israelí como lo hubo en el francés o en el belga, contra la población nativa. El colonialismo es una máquina de matar. La mayoría de los bombardeos fuertes son de noche para causar más terror, y para dificultar el rescate de heridos entre los escombros, con los pocos equipos que tienen en la Franja de Gaza, que es un campo de concentración al que además bombardean. Es una cámara de tortura a cielo abierto. Son dos millones de seres humanos encerrados entre 12 km por 40 km, sin ningún lugar a donde huir porque Israel lo bombardea todo, hasta las escuelas de la ONU”.

Escéptica del cumplimiento del cese al fuego alcanzado con la mediación de Egipto, Cortes aseguró: “Partamos de que Palestina no tiene ni ejército, y ahora están matando en Nablus, al otro lado de la Palestina ocupada, son tan infames que el 80% de habitantes de la Franja de Gaza son refugiados que han tenido que huir de su propio territorio y ahí los va a buscar el colonizador para matarlos a bombazos mientras los tienen encerrados. 50% de los seres humanos en ese infierno son niños”.

Quizá sea hipocresía ocultar el exterminio silencioso que realizan las fuerzas militares ocupas para reducir el costo político del actual gobierno de Israel ante la comunidad internacional, pero el horror que significa la acción criminal que ejerce el sionismo contra el pueblo palestino es mucho más que eso.

Es la denuncia que Hannah Arendt realiza sobre la inexistencia de culpa del criminal nazi cuando asesina mujeres y niños en los campos de concentración.  

En definitiva, es la decadencia irreversible de condición humana.

Alejandro Lamaisón

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