Los millonarios no quieren pagar impuesto

A PESAR QUE LA LEVANTAN EN PALA, LOS HIPERMILLONARIOS SE NIEGAN A PAGAR EL APORTE SOLIDARIO.

LOS RICOS NO QUIEREN PAGAR

Como ya se anticipó el año pasado en este blog, era de esperarse que muchos hipermillonarios alcanzados por el impuesto solidario a las grandes riquezas presentaran demandas ante la Justicia contra la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) para evitar pagar el tributo.

Entre los más conocidos están Héctor Magnetto (Clarín), los hermanos Saguier (La Nación), el presidente de Fiat Chrysler Argentina Cristiano Rattazzi, Carlos Tévez, Gabriel Bouzat (ex socio del presidente de la Corte Suprema Carlos Rosenkrantz), seis sobrinos de Nicolás Caputo, Mario Ludovico Rovella (constructora Rovella Carranza) y muchas personas más representantes de los tres poderes políticos, de la farándula y del mundo del espectáculo.

Ya van más de ochenta demandas presentadas cuyos expedientes están en su etapa inicial, con los primeros pasos que se dan en todas las causas: el pago del bono judicial, el cumplimiento de acordadas para su inicio y el pedido a la Fiscalía para que dictamine sobre el caso.

Muchos de quienes iniciaron las causas pidieron que no se exhiban públicamente sus nombres ya que contienen datos patrimoniales y personales, pero principalmente es porque no quieren quedar expuestos ante el escarnio público.

Debido a la posibilidad de no pagar el tributo, se estima un efecto avalancha por medio del cual todos los multimillonarios del país podrían acogerse a esta medida cautelar.

MIMEMOS A LOS PODEROSOS

En medio de este panorama, en vez de mantenerse enérgica en su postura ante esta posible “rebelión fiscal”, este viernes la AFIP oficializó la posibilidad de cancelar el impuesto a la riqueza a través de un régimen de facilidades de pago, con el fin de «coadyuvar al cumplimiento de las obligaciones de los contribuyentes».

También en este sentido, la Justicia aceptó la semana pasada el primer reclamo de un argentino que tiene residencia en el exterior. Se trata de una medida cautelar de un juez federal de San Juan, que consideró que la AFIP no puede exigirle a un contribuyente que pague un impuesto en forma retroactiva si ya paga en otro país.

Otro caso incomprensible pero real es la ambigua relación entre el Estado y buena parte del empresariado argentino, como el caso del Grupo Clarín que es, cada año, uno de los principales receptores de un millonario subsidio estatal (se lo llama «pauta oficial») que se le brinda a las grandes empresas de medios. Solo del Gobierno nacional, Clarín recibió en 2020 seiscientos veinticinco millones de pesos.

Pero a pesar de estos beneficios, “minga” que van a pagar el aporte solidario a las grandes fortunas.

ESTA PELÍCULA YA LA VI

Otra vez se repite la misma historia.

Nuevamente el pueblo deberá enfrentar el Covid 19 rezándole a la divina providencia que una justicia propensa a favorecer a las clases dominantes tenga esta vez el decoro de fallar a favor de las grandes mayorías, diezmadas por una pandemia que se torna cada día más letal.

“Uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada” afirmó la canciller alemana Ángela Merkel. “¿Cómo es posible que un país como Argentina, capaz de producir alimentos para 400 millones de personas, tenga al 40 por ciento de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza?”, concluyó Merkel en una reunión con Alberto Fernández.

Teniendo en cuenta que la AFIP ya debe saber quiénes son los contribuyentes que no quieren pagar el impuesto a la riqueza y que entre ellos existen grupos que no presentaron su DDJJ de Bienes Personales en 2019, ¿Por qué no investiga y sanciona estas maniobras elusivas?

¿Por qué eternamente los grupos concentrados siempre se llevan la mirada comprensiva del poder político, mientras que al pueblo trabajador, esa clase media cuya movilidad social ascendente quedó truncada hace tiempo, se le aplica todo el peso de la ley por no poder mantenerse al día con una injusta carga de impuestos abusivos y distorsivos?

Si ni la pandemia ni la propaganda hegemónica han podido quitarle al gobierno el apoyo popular de la mayoría del pueblo argentino, ¿no es hora de que éste le devuelva con hechos materiales el respaldo que le brindó al momento de votar?

Es de esperarse que, por única vez en la vida, como en las películas, sean las clases altas quienes tengan algo que perder y no el pueblo trabajador, acobardado de la desidia y el olvido de todos los políticos.

Pero esto no es una película, sino la vida real.

Y en la vida real los buenos mueren.

Alejandro Lamaisón

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