EL FIN DE LOS TIEMPOS

RUSIA Y ESTADOS UNIDOS CONCENTRAN EL 90 POR CIENTO DE LAS ARMAS NUCLEARES DEL MUNDO CUYO PODER TÁCTICO Y ESTRATÉGICO, AÚN EN CASO DE USO LIMITADO, TIENE CONSECUENCIAS IRREVERSIBLES PARA EL PLANETA.
ÍNDICE DEL ARTÍCULO
TIEMPOS DIFÍCILES EN EL MUNDO
Tiempos difíciles le toca sobrellevar a una humanidad cansada de que nunca se cumplan las expectativas que ha depositado en quienes gobiernan un mundo en franca decadencia.
Todo parecería apuntar a la impotencia del capitalismo para dar respuestas a las crisis generadas por sus propias contradicciones, a su impericia frente a una pandemia universal y a su (i)responsabilidad de generar una guerra total que avanza al punto tal que podría transformarse en el verdadero “fin de la historia”.
La guerra ruso-ucraniana no la provocó el ex comediante de televisión Zelenski por su patriotismo a favor de la independencia de su pueblo.
La guerra en Ucrania es una guerra provocada por los EEUU principalmente para atraer a Europa a su órbita e impedir de esta manera las transacciones económicas del viejo mundo con Rusia o China.
Toda esta movida para satisfacer los intereses corporativos y oligárquicos de estas élites globales tiene un costo enorme para los intereses de todos los países del mundo, pero resulta fatal para los europeos en cuanto al abastecimiento de gas y combustible, tanto para la industria cómo para hacer frente al invierno que se avecina.
En este sentido, Alemania teme que el corte del gas ruso por mantenimiento del Nord Stream 1 se convierta en definitivo, dado que Rusia ya ha reducido notablemente el suministro a Italia y Austria.
LOS TIEMPOS DE LA GUERRA
Podría decirse que los verdaderos ganadores en estos tiempos de guerra serían en definitiva China y Rusia, porque las sanciones estadounidenses ha despertado el espíritu imperial ruso dormido desde la época de Pedro el Grande y lo han obligado a hacer algo que podría haber hecho hace medio siglo: Crear su propia industria de bienes de consumo, implementar su propio despegue industrial y reconstruir sus propias plantas, equipos y fábricas para producir lo que antes compraba a Europa.
En consecuencia, Europa ha perdido el mercado ruso y sin este gigante como cliente principal, Europa no puede crecer, dado que Estados Unidos no deja entrar los productos europeos. En otras palabras, cómo Estados Unidos es proteccionista, Europa será exprimida al límite hasta que se termine inclinando hacia las órbitas rusa y china, en tiempos en que las ambiciones rusas están en su plenitud y la paciencia china puede esperar años sin siquiera mover un dedo.
LOS TIEMPOS DEL DÓLAR
Tiempos difíciles para el dólar, en un momento en el que el petróleo ruso se está vendiendo a la India (como comprador principal) y a otros muchos países en rublos y no en dólares.
Todos pensaron que Rusia, China y otros países tardarían unos diez años en unirse para superar el dólar como moneda de intercambio, pero la guerra aceleró los tiempos y la supremacía del dólar y del imperialismo monetario comienza a decaer notablemente.
Precisamente, dado que todo el comercio del petróleo ahora se está desdolarizando, sólo se habla en rublos, en yuanes chinos o en otras monedas, pero el dólar va quedando poco a poco afuera.
En tal sentido, podría decirse que ha sido el propio Estados Unidos el que ha dado un tiro en el pie o un golpe de muerte a la confianza en su moneda al apoderarse de las reservas de las divisas de Afganistán, Venezuela y ahora de Rusia.
Con esta actitud, ya nadie va a confiar que las transacciones en petróleo, el comercio y la inversión se realicen en dólares, simplemente porque Estados Unidos puede incautar el dinero de aquellos países que no están de acuerdo en entregar su excedente económico a los inversionistas y comerciantes estadounidenses.
EL FIN DE LOS TIEMPOS
La tragedia humanitaria que se está viviendo en Ucrania, se amplifica al ritmo de más de 8 millones de refugiados ucranianos/as desperdigados/as en distintos países de Europa oriental, mientras que los enfrentamientos en el teatro de operaciones ha generado un temerario y desatinado tráfico armamentístico desde Estados Unidos y la Unión Europea hacia Ucrania.
A este suicida objetivo de prolongar la resistencia ante el avance del poder militar ruso y generar una situación de mayor inestabilidad estratégica se le agrega el estado de alerta de las fuerzas nucleares que Rusia ha decretado ante al agravamiento del conflicto.
Cabe recordar que Rusia y Estados Unidos concentran el 90 por ciento de las armas nucleares posibles de ser usadas en el mundo y que el poder letal de esos dispositivos nucleares tácticos y estratégicos puede significar, aún en caso de uso limitado, una hecatombe de consecuencias irreversibles.
Esta situación, junto con el aumento incesante de los presupuestos de defensa y armamentísticos decididos por las grandes potencias, no hace más que augurar un futuro próximo cada vez más aciago, incierto y aterrador, en el que ya no habrá ganadores ni perdedores.
Sólo un planeta devastado y el fin de los tiempos.
Alejandro Lamaisón