Si comparamos el grado de soberanía que tiene la Argentina actual respecto al primer período peronista del siglo XX, podríamos decir que hemos bajado varios escalones.

UNA NEGOCIACIÓN PELIGROSA PARA LA SOBERANÍA NACIONAL

SOBERANÍA IN DECRESCENDO

Si comparamos el grado de soberanía que tiene la Argentina actual respecto al primer período peronista del siglo XX, podríamos decir que hemos bajado varios escalones.

La dependencia endémica de nuestro país con EEUU se acrecentó al contraer la deuda más grande del siglo gracias a la gestión de Cambiemos, arrasando definitivamente con la movilidad social ascendente, la calidad de vida y las ilusiones de la mayoría de los argentinos.

Acorde con las recetas del FMI, estamos atrapados nuevamente en la reducción del gasto público, en la eliminación los susidios del estado, en la baja en las jubilaciones y pensiones y en un brutal ajuste fiscal con un presupuesto inferior al 20,9 por ciento, cuando históricamente rodaba el 28 por ciento.  

Si la dictadura militar dejó un 6 % de pobreza, medio siglo después, en pleno gobierno popular y de tinte peronista,  alcanzamos el 54%. 

La revolución peronista del siglo pasado disponía de cuatro dispositivos para activar los resortes de la economía, los cuales no debían ser jamás cedidos a empresas privadas: la energía; el transporte; el Banco Central y el IAPI (manejo del mercado cambiario y comercial). 

Al llegar Macri a la presidencia, éstas cuatro actividades fueron cedidas inmediatamente a la actividad privada, con el agravante que sus gerentes también formaban parte del gabinete del presidente o dicho en otras palabras, estaban a ambos lados del mostrador.

En consecuencia, la independencia económica, la soberanía política y la justicia social que surgen de estos cuatro resortes volaron por el aire.

SOBERANÍA EMPRESARIAL

No toda la pérdida de nuestra soberanía es atribuible al bandidaje que nos gobernó hasta 2019, sino que también el actual gobierno tiene su grado de responsabilidad al honrar una deuda que nunca benefició al pueblo argentino, sino a una minoría que tiene como deporte nacional la fuga y la evasión.   

El viaje de Sergio Massa y Alberto Fernández a EEUU calmó los mercados, pero nuestra soberanía se verá afectada gravemente si se llevan a cabo los tratados de índole extractivista que se firmaron en la gira, en el sentido de que nuestros recursos sean explotados por empresas transnacionales y no por el estado argentino

Massa se reunió con la empresa inglesa-australiana “Río Tinto”  y “Livent”, de capitales norteamericanos para que se lleven el litio y los minerales raros de la Puna mientras que nosotros, como siempre, nos hacemos cargo de los gastos de explotación.

Cabe aclarar que dichas empresas fueron multadas en 2019 por la Dirección General de Aduanas por maniobras de subfacturación en la exportación de carbonato de litio del Salar del Hombre Muerto. La investigación arrojó que la minera generó un perjuicio de US$ 8 millones en derechos de exportación y le aplicó a la empresa involucrada en las operaciones una multa de $ 6.700 millones.

Por otro lado, los acuerdos con las empresas petroleras Chevron, Shell, Exxon, Total, Pan American Energy, Axion entre otras, que incluye la construcción de un oleoducto entre Vaca Muerta y el puerto de Punta Colorada en Sierra Grande, en Río Negro, se realizará en forma conjunta con YPF, con una inversión estimada en 1.260 millones de dólares.

Allí se habló de un marco regulatorio para las petroleras para ampliar el desarrollo de Vaca Muerta a cambio de permitirles tener una mayor disponibilidad de divisas para girar utilidades al exterior, algo que las petroleras afectadas a los controles en el mercado cambiario vienen reclamando (1)

SIN CONTROL NO HAY SOBERANÍA

¿Qué tipo de soberanía puede existir cuando de las 148 empresas públicas bajo el control del Estado nacional y 149 bajo control de Estados provinciales, municipales y mixtas que existían en 1976 sólo quedan 15 en funcionamiento, la mayoría multinacionales?

¿Cómo puede emanciparse un país cuya vía más importante de salida de sus productos al mundo está manejada por empresas privadas, casi todas de origen extranjero y el contrabando de exportaciones de mineras, agro-industria, carnes, pesca, combustibles y otros ronda los U$S 30.000 millones por año?

A través de una simple declaración jurada la minera canadiense La Alumbrera, que declara exportar oro, cobre y molibdeno, siempre olvida declarar las exportaciones de cromo, titanio, circonio, cerio, cobalto, cesio, hafnio, lantano, lutecio, columbio, níquel, escandio, tantalio, terbio, torio, uranio, tungsteno, ytrio e iterbio, obtenidos en la explotación de los tres primeros, únicos declarados con fines tributarios.

De esta manera  dicha empresa fuga más de 8.000 millones de dólares al año en minerales raros, sumado a los cargamentos de soja ilegales a Paraguay y Brasil para evitar el pago de las retenciones.

Si hubiera voluntad política para parar este sangrado, en poco más de un año se pagaría la deuda externa, pero el nuevo paradigma económico manejado por Massa, para beneplácito del FMI y las empresas multinacionales, tiene otro propósito que no incluye precisamente, cuidar de nuestra soberanía.

Su objetivo más bien apunta a administrar una inflación que continúe su curso normal de manera tal que, sin devaluación real, se licúe el poder adquisitivo de los salarios, se eliminen los subsidios estatales y se bajen las jubilaciones y pensiones para que, con mano de obra barata incluída, la dependencia sea definitiva.

Alejandro Lamaisón

(1) Fuente: Horacio Rovelli

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *