TODOS SOMOS EDESUR

Protesta en contra de sus propios intereses.
La Defensoría del Pueblo bonaerense le solicitó al Ente Nacional de Regulación de Electricidad que le quite la concesión a Edesur, luego de los reiterados cortes de luz en diferentes municipios en los que opera y de la sostenida falta de inversión de la empresa para evitar estas interrupciones constantes en el suministro eléctrico.
El malestar de los bonaerenses con la empresa tiene muchas aristas que pasan no sólo por los reiterados cortes que viene sufriendo desde hace varias semanas, sino porque “Edesur, en los últimos 4 años realizó aumentos de tarifas superiores al 5.000 por ciento sin invertir un solo peso en mejorar el servicio a los usuarios.
Al igual que muchas concesiones que se realizaron durante el gobierno de Macri cuyas ganancias fueron millonarias mediante la transferencia del ingreso per cápita de toda la ciudadanía a unos pocos empresarios (aportantes de la campaña de Cambiemos), estos jamás invirtieron en el mantenimiento de los servicios de las empresas concesionadas.
Las consecuencias están a la vista: Una empresa que tiene de rehenes a millones de bonaerenses, que sufren desde hace tiempo cortes prolongados de luz, en medio de una cuarentena y con temperaturas extremadamente bajas.
El pedido de quite de concesión cuenta con el aval de los intendentes de Lomas de Zamora, de Almirante Brown, de Quilmes, de Avellaneda, de Esteban Echeverría, de Berazategui, de Florencio Varela, de Cañuelas y La Matanza.
Inmediatamente el establishment, a través de sus voceros mediáticos puso el grito en el cielo agitando nuevamente el fantasma de la expropiación.
Al igual que el mito de la suelta de presos asesinos y violadores, del miedo ante la falta de libertad de expresión, de la persecución vengativa a los ex funcionarios de Cambiemos, las expropiaciones nunca estuvieron en la mente de este gobierno, pero se imprimen en el imaginario social como si fueran un hecho ya concebido.
A tal extremo llega el poder de convocatoria del monopolio mediático que hace apenas dos semanas un grupo de manifestantes protestaban porque “no querían ser Cuba o Venezuela”.
El estado de alienación que producen los medios de comunicación alteran de tal manera las prioridades de la gente que las demandas sociales se transforman en necesidades ajenas a sus propios intereses y a favor del sistema que los explota.
Varios economistas opinaron en contra de la ola de “expropiación cristinista”, entre ellos Juan Carlos de Pablo, quien sostuvo que “no conozco el caso en concreto, pero a los 77 años a mí no me van a decir que en la Argentina vamos a solucionar los problemas que tuvo una empresa privada con tarifas congeladas estatizándola. No, gracias».
Dejando de lado la picardía del economista al pasar por alto que el congelamiento actual de la economía lo sufren todos los sectores por la pandemia, de Pablo realizó un paralelismo con lo que se dio con Vicentin. En este sentido, afirmó que “la decisión del Gobierno de intervenir Vicentin tiene sólo la finalidad de mostrar a la gente un acto de liberación nacional, pero que en realidad es dramática y costosísima”. Rápidamente agregó «Gracias a los banderazos no siguieron con Vicentin, estoy esperando algún banderazo por Edesur«.
Teniendo en cuenta el poder de la prensa hegemónica de colonizar el pensamiento y la subjetividad, no sería raro que en breve veamos un grupo de usuarios damnificados de Edesur, desafiando el distanciamiento social, con pancartas y banderas argentinas manifestándose bajo la consigna “Todos somos Edesur”.
Alejandro Lamaisón