TODOS SOMOS EL PRO

LAS TRAMPAS DE UNA CONVOCATORIA A FAVOR DE LA LIBERTAD
A pedido de Patricia Bulrich, este lunes todos marchamos porque estaría en juego la LIBERTAD de la República.
De esta consigna una parte es verdad y otra es mentira.
Es verdad que estaría en juego la libertad, pero no de la república, sino de Mauricio Macri y todo su séquito de bandidos urbanos.
¿Por qué?
Porque si la Corte Suprema se expidiera en la cuestión de fondo en contra de los traslados de Bruglia, Bertuzzi y Castelli, en la cámara federal quedarían vacantes dos lugares que ya tienen a sus postulantes dispuestos a demostrar ante el Consejo de la Magistratura su idoneidad.
Entre los aspirantes a dichos cargos quedó en primer lugar nada menos que por su moral impoluta y su capacidad expeditiva el juez Alejo Ramos Padilla.
Ellos se quedarían con todas las causas que involucran a Macri y a toda su banda en los hechos de corrupción.
El objetivo es que eventualmente la cámara puede resolver denuncias que se hagan del gobierno macrista, por lo tanto he aquí dónde radica el riesgo.
Los procesamientos por corrupción desde la mesa judicial, el espionaje ilegal, los parques eólicos, la causa de los peajes, el correo, etc., pueden caer en manos de jueces decentes y como ya sabemos, estos son los peores enemigos de los corruptos.
Por ese motivo la Corte Suprema dictaminó que el traslado es de gravedad institucional y habilitó el “per saltum”.
Lo es, pero para ellos mismos, ya que se caerían causas inimaginables, incluso la “madre” de todas las causas: la de las fotocopias de los cuadernos.
La debilidad de esta causa hace agua no sólo por la anemia moral del fiscal Stornelli al asociarse con el delincuente D’Alessio, sino también porque no existen imágenes ni audios que complementen la causa.
En esta situación, se cae de maduro que la mafia, en el momento de cometer sus crímenes, jamás filmaría ni grabaría sus fechorías.
En la historia de las leyes de cualquier país del mundo no existen causas ni gente presa basándose simplemente en fotocopias de cuadernos, salvo que tengan su respaldo de los originales, con el agravante que luego de ser quemados, estos renacieron de las cenizas.
En este Lawfare sostenido por una Corte Suprema parcial no es ni Magnetto, ni Rosenkrantz, ni Paolo Rocca el que está al mando del latrocinio institucional.
Es EEUU en su proyecto desestabilizante de cualquier gobierno progresista que intente levantar cabeza en toda América Latina.
Basta con ver quienes van los 4 de julio a la embajada norteamericana a festejar: Políticos mediocres con aspiraciones de estadistas, jueces cuyos juramentos harían ruborizar a la justicia y periodistas aspirantes a la fama a través de indignas operaciones mediáticas.
Hay pruebas fehacientes de que uno de los ideólogos más importantes del Lawfare es Hugo Alconada Mon, prosecretario de redacción de La Nación y periodista de investigación multipremiado.
Alconada Mon fue el que armó toda la operación para que Fariña, luego de que declarara en contra de Cristina, fuera excarcelado a través de la influencia de su propio suegro a cargo del juzgado.
La hija del juez (cuñada de Alconada Mon), es nada menos que la secretaria del tribunal que concursó para la vacante del juez Carlos Rozanski, otro magistrado dispuesto a investigar todas las tropelías de Mauricio Macri.
Esta abogada, sin condiciones intelectuales ni morales para cubrir ese cargo, estaba en lugar 19 y Macri la puso primera a dedo y mandó el pliego al senado.
Por todo lo expresado, este lunes marchemos todos para defender la LIBERTAD.
Este lunes todos somos Macri, Nicolás Dujovne, Guillermo Dietrich, Gustavo Arribas, Silvia Majdalani, Javier Iguacel, Juan José Aranguren, Marcos Peña, Oscar Aguad, Luis Caputo y todos los funcionarios de Juntos por el Cambio que perderían su LIBERTAD si la Corte Suprema decide anular el traslado de Bruglia, Bertuzzi y Castelli.
Alejandro Lamaisón