León Trotsky, cuyo verdadero nombre era Leiba Davidovich Bronstein, nació en 1879 en Elisavetgrado, localidad de Ucrania, en el seno de una familia judía de clase media.

UNA VEZ CONSTITUIDO EL PODER SOVIÉTICO, TROTSKY OCUPÓ LOS MÁS ALTOS CARGOS DE LA CONDUCCIÓN, JUNTO A LENIN, STANLIN Y OTROS FAMOSOS LÍDERES BOLCHEVIQUES.

UN TROTSKY IMPARABLE

León Trotsky, cuyo verdadero nombre era Leiba Davidovich Bronstein, nació en 1879 en Elisavetgrado, localidad de Ucrania, en el seno de una familia judía de clase media.

La muerte le llegó en 1940, en la ciudad de México, de la misma forma dramática y violenta en que se había desarrollado toda su vida.

Dueño de una poderosa inteligencia y de una gran capacidad oratoria y organizativa, Trotsky inició su carrera revolucionaria en su temprana juventud. En 1898 fue arrestado y desterrado a Siberia.

En 1902 escapó a Inglaterra provisto de un pasaporte falso que llevaba impreso el nombre de Trotsky (apellido que usó el resto de su existencia). En Londres se convirtió, a pesar de su juventud, en un miembro destacado del grupo conspirador de socialistas rusos, entre los cuales se contaba el propio Lenin.

Con éste colaboró en el famoso periódico de combate Iskra donde ya demostró su maestría como escritor y polemista. En 1905 regresó a Rusia y fue electo miembro del Soviet de Trabajadores de Petrogrado.

Fue, luego, elegido miembro del Soviet de Diputados Obreros de Petrogrado y, en la sesión en que todo el Soviet fue arrestado por orden del zar, se encontraba ocupando la presidencia de dicho cuerpo.

Desterrado nuevamente a Siberia, logró escapar y se dirigió a Viena, donde colaboró en los periódicos Pravda y Arbeiter Zeitung. En 1910 asistió al congreso social  demócrata celebrado en Copenhague, donde defendió con su característica habilidad, una posición propia que lo situaba a mitad de camino entre los bolcheviques y los mencheviques.

En 1916 se dirigió a los Estados Unidos luego de sufrir distintos arrestos en Suiza, Francia y España. En Nueva York dirigió la publicación del periódico revolucionario Novy Mir. En esa ciudad lo sorprendió la noticia del estallido de la revolución que derrocó al zarismo en Rusia en marzo de 1917.

Inmediatamente partió hacia su patria, pero fue detenido y arrestado en Canadá. Liberado gracias a la intervención del Gobierno Provisional ruso, llegó a Petrogrado poco después de Lenin. Durante la Revolución de Octubre jugó un papel de primera línea en el triunfo de la causa bolchevique.

EL ASESINATO DE TROTSKY

Una vez constituido el poder soviético, Trotsky ocupó los más altos cargos de la conducción, junto a Lenin y Stanlin y otros famosos líderes bolcheviques. Su distanciamiento con Stanlin se originó en el transcurso de la guerra civil en la cual Trostsky desplegó una acción decisiva como Comisario de Guerra y organizador del Ejército Rojo.

León Trotski después de morir a causa de las heridas infligidas por el agente del NKVD Ramón Mercader. Ciudad de México, 21 de agosto de 1940. (AP)

Entre los éxitos políticos de Trotski se encuentra la firma del Tratado de paz de Brest-Litovsk, firmado el 3 de marzo de 1918 en esta ciudad bielorrusa, entre el Imperio alemán, Bulgaria, el Imperio austrohúngaro, el Imperio otomano y la Rusia soviética.

Al término de la lucha, y luego de la muerte de Lenin, el enfrentamiento con Stanlin llegó a su culminación. Trotsky fue expulsado del Partido Bolchevique en noviembre de 1927, y el año siguiente se lo desterró al Turquestán.

Posteriormente, la GPU (Policía Secreta Bolchevique) lo acabó trasladando a Turquía, donde Atatürk le dio asilo y le autorizó a instalarse en las islas Príncipe, en el mar de Mármara. Gracias a la insistencia del propio político, éste logró pasar una breve estancia en Francia, pero fue nuevamente extraditado, esta vez a Noruega.

Al final, la presión del estalinismo sobre el gobierno socialdemócrata noruego para que lo expulsara del país acabó surtiendo efecto, y en 1937 Trotski se instaló en Ciudad de México gracias al permiso que le concedió el presidente Lázaro Cárdenas y a la insistencia de miembros del SWP (en inglés, Socialist Workers Party, Partido Socialista de los Trabajadores) y el pintor Diego Rivera.

Sea como fuere, la cuestión es que Stalin se propuso acabar con la vida de Trotski, incluso después de que éste se exiliara a México.

En 1940, Trotsky, que no había cesado de combatir a Stanlin en ningún momento, cayó asesinado en su residencia en los suburbios de ciudad de México. El criminal, Jacques Mornand, fue detenido y encarcelado por las autoridades mexicanas. Para dar muerte al líder ruso revolucionario había empleado un método inusitadamente cruel: destrozó la cabeza de Trotsky golpeándolo ferozmente con un pico para partir hielo.

Historia de las Revoluciones                                                                                                              Cuántica S.A. Ediciones

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